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Uno es dueño de grandes ideales y de pequeñas lecturas, y las pequeñas lecturas nos definen tanto como nuestros grandes ideales. L. G. Montero



domingo, 3 de febrero de 2013

WERTHER: REALIDAD Y FICCIÓN.

Esta obra tuvo mucho que ver con la vida del propio autor. Goethe mencionó en la  primera versión de su obra que su sufrimiento juvenil fue en parte inspiración para la creación de la novela. Cuando terminó sus estudios de leyes  en el verano de 1772, Goethe encontró empleo en la Cámara Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico en Wetzlar.


En esta ciudad Goethe cultivó la amistad del secretario Karl Wilhelm Jerusalem. La noche de 9 de junio de 1772, los dos amigos estaban presentes en un baile. En este evento social, Goethe conoció a la joven Charlotte Buff y su prometido, Johann Christian Kestner, un hombre mayor. Goethe se enamoró instantáneamente de Charlotte. Goethe galanteó a Charlotte y la relación entre ambos entró en un ciclo de amistad y rechazo. Charlotte fue honesta con Goethe, y le dijo que no había esperanza de una aventura. El 10 de septiembre, Goethe se fue sin despedirse.
Los paralelismos entre este incidente y la novela son evidentes. Charlotte Buff, como su contraparte en la novela, era la hija de un oficial y tenía muchos hermanos. Goethe, como Werther, encontró difícil terminar sus trabajos. Goethe y Werther celebran su cumpleaños el 28 de agosto, y ambos abandonaron a sus amadas el 10 de septiembre. La novela también cuenta con varios eventos paralelos o similares en la vida del amigo de Goethe, Jerusalem. Al igual que Werther, Jerusalem se suicidó. Goethe fue informado de que el motivo de esta acción era el amor no correspondido que Jerusalem sentía hacia la mujer de otro hombre. Jerusalem también se suicidó con pistolas prestadas.

leyendo el Werther

¿ Habéis comenzado la lectura?? ¿ el género epistolar es el acertado para contar esta novela??? ¿ qué opináis??


8 comentarios:

Javi Redondo dijo...

Si la he comenzado, al principio me gustaba más, a menudo que voy leyendo me va gustando menos por que se vuelve cada vez más triste la obra.
Me gusta que esté escrito así, ya que me ayuda a situarme mejor y me hace la lectura más fluida, al menos para mí.

Javi Redondo

Tania dijo...

Por fin he empezado a leermela! jaja la verdad que lo que llevo leido se ve claramente como cambia de una perspectiva a otra un poco más triste.
Tania.

vanesa dijo...

hola
sii ya empece a leerme la obra de wether. para mi es una obra muy apasionada que cuenta la vida del desafortunado protagonista contada por el mismo.
el genero epistolar me parece el mas acertado para este tipo de obra ya que te pones en la situacion que el mismo protagonista te esta escribiendo a ti y te engancha mas a la obra y la hace mas fluida, aunque el vocabulario utilizado no es del todo antiguado pero cuesta un poco leerlo y entender algunos fragmentos.
vanesa velasco

Unknown dijo...

¡Hola chicos!
Yo ya me he terminado el libro de Werther y desde mi punto de vista al principio cuando lo comencé a leer me parecía un poco aburrido, pero a medida que iba avanzando me iba enganchando más, aunque en unas partes más que en otras.
El lenguaje me ha resultado sencillo exceptuando algunas partes, pero por lo demás es fácil de entender. Tiene un final muy desafortunado para el querido Werther al igual que para Carlota.

En mi opinión creo que el género epistolar si es el adecuado para esta novela, ya que la hace mas intrigante a la hora de ir escribiendo las cartas a su amigo Guillermo y la hace más natural.

Un saludo, Yaiza

Unknown dijo...

Ya he terminado el libro , y aunque el principio halla sido un poco aburrido,a medida que pasaba las hojas me enganchaba más,porque como ya he comentado en entradas anteriores,me ha gustado el triángulo amoroso entre Alberto,Carlota y Werther,aunque tenga un final no muy feliz,pero es una buena historia.
Pienso que el género epistolar es adecuado porque es un género distinto a lo normal.

Tania

Samuel dijo...

Al contrario que todos mis compañeros,(solo por fastidiar) considero que el género epistolar hace la lectura mas monótona.A su vez al tratarse de una obra epistolar en la que todas las cartas son escritas por una misma persona, toda la información que recibamos estará cargada de una fuerte subjetividad. Esto se transmite en varios aspectos, por un lado conocemos al detalle los sentimientos y pasiones del protagonista, ya que es el mismo el que nos los cuenta. Por otro lado la descripción del resto de personajes es mucho menos detallada, incluso escasa y como he dicho anteriormente cargada de subjetividad.

Unknown dijo...

Hola :)
En mi opinión creo que para este tipo de obra como dice Samuel hace la obra muy parecida cada página que podamos leer será parecido e incluso idéntica a la anterior sin embargo que sea tan monótona hace la lectura más fácil a medida que vas avanzando vas entendiendo el argumento y la estructura de las cartas, pienso que esto ayuda a que la lectura dentro de lo que es leer este tipo de obras sea más llevadera.
En mi opinión creo que este tipo de argumento está muy visto y muy utilizado, me ha parecido interesante pero tampoco es una obra que me haya enganchado.

Daniel dijo...

El género epistolar encaja perfectamente en el tipo de obra y en el planteamiento que tiene dentro de la época. Esto es, remarca esa subjetividad y ese individualismo propio del Romanticismo, que aflora en la literatura como expresión de las sociedades modernas que traen de la mano las democracias modernas, los nacionalismos y el capitalismo.
En la novela, pues, se aprecia ese estilo romántico incipiente, gestado en la Sturm und Drang por el mismo autor Goethe y por Shiller, además de otros, en los que se utiliza el paisaje, el retiro rural y la fijación en la naturaleza, tornante entre bucólica y apagada o tormentosa, para la plasmación de sentimientos.
En esa subjetividad, el autor ahoga en su poesía todo sentir y opinión ajena, y endiosa sus gozos y sufrimientos como una medida suprema, llevándola hasta las últimas consecuencias ya estirándola a la totalidad de la naturaleza, a la locura, o a una muerte sufriente que aniquila todo lo demás, tendiendo a la existencia única de ese dolor individual.

 
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