BIENVENIDOS AL CLUB DE LECTURA DEL IES J.RODRIGO DE MADRID

Uno es dueño de grandes ideales y de pequeñas lecturas, y las pequeñas lecturas nos definen tanto como nuestros grandes ideales. L. G. Montero



jueves, 19 de abril de 2012

DRÁCULA ( 1897), EN EL CENTENARIO DE LA MUERTE DE SU AUTOR.

Es difícil poder hablar de un clásico como este ya que al leer su nombre todos recordamos adaptaciones cinematográficas muy conocidas.
No obstante, en una fecha como ésta, EN EL CENTENARIO DE LA MUERTE  de su autor,un 20 de abril de 1912,  haremos el esfuerzo.
 Dejando al lado al Drácula histórico y su leyenda la novela es un referente literario sin duda.Es su forma de enfocar la narración, el trazado de las líneas maestras por las que discurre la acción, la conexión de los escenarios, la descripción de lugares y situaciones, la personalidad de los protagonistas, la brillantez de sus diálogos, los mensajes ocultos que subyacen entre líneas y la complicidad autor-personaje-lector lo que la convierte en una obra maestra que, por el divino arte de la letra, “secuestra” al lector que permanece enganchado al libro desde la primera nota del diario hasta el desenlace final. Uno se olvida rápido del cine y se embarca, con la misma facilidad con la que el Conde atrae a sus víctimas, a “chupar y deshuesar” página tras página para acabar borracho de puro gusto literario. El viaje de Jonathan Harker a través de las tierras de Transilvania hasta el castillo del conde nos lleva a un mundo difícil de escapar.

 La llegada  de Drácula al puerto de Whitby a bordo de la goleta Deméter en medio de una tempestad, con el escalofriante aderezo de llevar  un hombre muerto atado al timón y el posterior desembarco de un perro enorme en medio de la noche no tiene parangón en la literatura de terror, ya que nos sobrecoge de forma irremediable.

 El episodio de Lucy  en el que se mezclan sentimientos encontrados a través de la lucha de sus admiradores para salvarle la vida está tan dulcemente escrito por Stoker que inundan de tristeza y angustian al lector porque adivina el destino de la bonita muchacha. Los episodios de brillantez mental y trastornos del pobre loco Renfield desorientan al doctor Seward porque percibe que algo sabe y algo oculta, indicios con los que el autor juega y transmite en clave de secreto a lo largo de las entrevistas que tuvo con él. La agonía de Mina Harker, que durante toda la novela acompaña al resto de personajes y se convierte en eje vertebral de gran parte de la trama y, finalmente, la entrada en escena del doctor Van Helsing,  luz de todos para salir del agujero  en el que se hallan sin remedio, constituye un tesoro literario del que no deberíamos prescindir.
Los inquietantes capítulos están escritos con inconfundible poder literario. No cabe duda de que cualquier lector se impresionará  pero, asimismo, disfrutará con el pasaje en que Harker ve al Conde “emerger por la ventana y empezar a descender reptando por el muro del castillo, cabeza abajo sobre aquel terrible abismo, con su capa ondulando a su alrededor como unas enormes alas”.
Es una novela fascinante y, al propio tiempo, desconocida a nivel argumental. Primero, por el público en general, que está acostumbrado a las adaptaciones cinematográficas y desconocida también a niveles más profundos por aquellos lectores que se limitan a contemplar Drácula como una simple novela de horror y aventuras, pasando de puntillas ante esta obra maestra desde el punto de vista literario.  
Todo ello además en un género epistolar que supera los límites de la narracción clásica, alternando estilo y lenguajes, con saltos del tiempo importantes y contribuyendo a potenciar a un lector activo.  

Está  demostrado que los grandes clásicos nunca mueren, pero yo debo reconocer que esta novela gana con el tiempo, al menos yo la he disfrutado más ahora en una lectura pausada.Eso sí, he seguido sobrecogiéndome en algunas de sus páginas como si de la primera lectura se tratara.

La base para reforzar el personaje la encontró Stoker en el libro An Account of the Principalities of Wallachia and Moldavia (un informe sobre los principados de Valaquia y Moldavia) escrito en 1820 por William Wilkinson, cónsul británico en Bucarest y en cuya lectura le llamó inmediatamente la atención la palabra Drácula: el hijo del dragón, el diablo. Voivoda Drácula. Conde Drácula. El libro de Wilkinson es la única fuente de información demostrable consultada por Stoker al respecto del Drácula histórico, cuya tenue relación con el vampiro literario ha sido enormemente exagerada desde entonces. Pero existió realmente. Drácula y sus generaciones. Desde los tiempos en los que Ladislao, Rey de Hungría, se alió con el voivoda Drácula para guerrear contra los turcos, consiguiendo que Valaquia dejara de pagar tributos hasta el año 1444. Cabe destacar que esta alianza y las posteriores les salieron mal, puesto que acabaron –mediante tratado- pagando tributos a perpetuidad.

Oscar Wilde dijo de la novela que era la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos, y también "la novela más hermosa jamás escrita". 
En 2009, el sobrino bisnieto de Bram Stoker, Dracre Stoker publicó Drácula, el no muerto  , una nueva novela sobre el famosísimo vampiro que había creado su tío bisabuelo.

Después de todo lo dicho  ... que cada uno se imagine lo que quiera.

No hay vida en este cuerpo
Yo soy nada, sin vida, sin alma ]...[ odiado y temido, estoy muerto para todo el mundo. Escuchame... yo soy el monstruo al que los hombres vivos matarian. Yo soy Drácula. ( ...)

lunes, 9 de abril de 2012

OTRA VUELTA DE TUERCA DE HENRY JAMES. 1898



Como buen hombre de su tiempo, Henry James creía en fantasmas ( incluso más que el excéntrico Wilde) . Admirador de  esa nueva literatura de terror caracterizada por su predilección hacia el muerto, aunque a su particular manera, distanciándose de los deseos de evasión de sus contemporáneos. Intuyó, con acierto, que los textos sobre fantasmas se prestaban, apropiadamente, a interesantes experimentos con los que seguir sosteniendo sus teorías literarias.
Su mensaje está claro: los fantasmas los llevamos por dentro, son fruto de nuestros miedos y frustraciones. No tienen necesariamente que ser malévolos ni tener una sustancia y esencia sobrenatural: basta una mente atormentada, una obsesión manifiesta o una falta cometida para que afloren esas apariciones que tanto miedo (y desde James, también desconcierto) producen. Sólo alguien con  su instinto crítico y su inconformismo podía haber realizado una transgresión semejante sobre las normas literarias victorianas asentadas en el autocomplaciente siglo XIX. Porque desde que iniciara a escribir relatos de fantasmas, este tema ganó en profundidad y hondura analítica y psicológica.

En líneas generales Otra vuelta de tuerca es la creación más perfecta de H. James y posiblemente la mejor obra de fantasmas escritas hasta la actualidad
: una sola lectura no basta para captar, en su completa inmensidad, todas las implicaciones de los símbolos, hechos y acciones que se suceden en su interior.
El argumento es, en apariencia, simple: una joven institutriz es contratada para cuidar a dos niños ante la falta de compromiso de su  tutor de hacerse cargo de ellos. Para cumplir su labor, se traslada a la
mansión de Bly, donde traba conocimiento con Miles y Flora, los dos hermanos, y con la señora Grose, el ama de llaves. Sin embargo, parece que hay dos inquilinos más en la idílica casa dispuestos a perturbar la tranquilidad mental de la protagonista y a dañar a las criaturas. El señor Quint, antiguo socio y apoderado de ese tutor incapacitado, y la señorita Jessel, antecesora en el puesto de la heroína, son parte del pasado tormentoso de Bly, cuyo influjo va, paulatinamente, afectando a la institutriz. ¿Sencillo, verdad?. Pues ni por asomo."Otra vuelta de tuerca" supone una innovación de cuanto  se había publicado hasta entonces en materia de fantasmas. Para empezar, porque lo que parece evidente no lo es y lo que resulta inconcebible y alarmante puede ser más cierto que lo estrictamente razonable. Todo depende de quién lea el libro. Ya el propio autor había publicado anteriormente que "narrador no sólo es el sujeto, sino también el objeto de la narración". El relato se estructura de manera que el lector pueda llegar a creer o incluso a rechazar la visión de la protagonista, única y unívoca versión de los hechos. La importancia de este dato es realmente crucial, porque determina el verdadero papel de la protagonista en el drama, pasando de víctima perseguida a verdugo involuntario. El final bruco apoya mucho esta versión y el lector deberá reconstruir todo lo que queda en el aire.

Es la primera  vez en la historia del terror que nos enfrentamos  ante un cuento de
fantasmas con niños, (lo que esto perturba).  Su presencia tiene un doble efecto: puede dotar de candidez al conjunto, haciendo más trágico el final y la supuesta moraleja o, por el contrario, volver todo el relato aún más desconcertante. Esta argucia le servirá a James para levantar un completo estudio sobre la perspectiva en tres niveles: de un lado, tenemos los hechos observados y narrados por la preceptora ( de la que no llegamos a saber su  nombre en todo el relato) , portavoz teóricamente de los acontecimientos objetivos, tal y como suceden; en una posición intermedia, se halla la visión de la señora Grose, equilibrio y apoyo de las dos posturas extremas. El ama de llaves representa la moderación y el pragmatismo: ve los espectros cuando debe verlos para apaciguar a la preceptora y para no crear un fractura entre los jóvenes y ella.  En las antípodas de la maestra se sitúan los dos hermanos. Aunque pueden establecerse ligeros matices entre sus visiones por la diferencia de edad que los separa, en líneas generales, su percepción es coincidente, debido a que Miles influye en Flora y ésta, a su vez, en Miles: no hay un solo indicio que señale que ven los fantasmas de la institutriz (al menos, no de la forma en que ella los siente), pero tampoco existe un solo dato que afirme lo contrario. Las conclusiones quedan a expensas del lector.

La novela dosifica con milimétrica sabiduría los momentos más terroríficos, producidos siempre después de alguna tensión en la trama (una discusión; una noche de insomnio...) cuando el estado de ánimo de la protagonista no es el más eufórico y ella se siente más indefensa e incomprendida. James la retrata sin piedad  como una solterona reprimida que se enamora de su jefe y tutor de los críos.El señor Quint es la representación de éste en la casa  y la señorita Jessel , amante de amante de Quint, sería la imagen soñada de la institutriz pero viciada por su obtusa y represora imaginación que parece rebelarse ante sus lascivos pensamientos. No deja de verse una crítica a esa sociedad victoriana del S. XIX y el papel de la institutriz.

 
La introducción  para iniciar la  velada burguesa donde se cuentan cuentos de terror nos recuerda a las colecciones de cuentos clásicos como el Deccameron , y eleva esta obra hasta la cumbre de su género.  El tono pretende ser informal: se está preparando al lector para lo que le espera, entroncando, elegantemente, con el realismo, esto es, dejándole claro que lo que se va a relatar podía haberle pasado en cualquier situación (se cumple así una máxima que el propio autor sostuviera con ahínco: "lo extraordinario, lo es mucho más si nos ocurre a uno de nosotros, a usted o a mí".
Recuerda en ciertos momentos a la película de Amenábar Los Otros, el cual nunca negó su influencia. 
Lo cierto es que el ritmo pausado pero manteniendo en todo momento la tensión psicológica hace que nos planteemos la existencia de fantasmas. Al menos los fantasmas interiores que afloran en todos nosotros. 
Simplemente puedo decir que es una obra maestra. 

domingo, 1 de abril de 2012

CASA DE MUÑECAS DE HENRIK IBSEN. 1880

Su autor H. Ibsen ( 1828-1906) es considerado el más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más han influido en la dramaturgia moderna, padre del drama realista moderno y antecedente del teatro simbólico.
En su época, sus obras fueron consideradas escandalosas por una sociedad dominada por los valores victorianos, al cuestionar el modelo de familia y de sociedad dominantes. Así sucede con su obra más famosa Casa  de muñecas. 

Casa de muñecas describe la situación en la que se encuentra la protagonista  Nora, y de la cual intenta salir. En un principio se plantea el papel de un matrimonio burgués en los papeles tradicionales de marido -esposa en la sociedad del momento. Naturalmente él era el depositario de la razón, el esfuerzo, la protección, la rectitud y la seguridad en sí mismo. Al final resultará un personaje decepcionante, esclavo del código social, que solo cuando ve que todo está perdido es capaz de perdir perdón. Ella, representa la sumusión, la inmadurez, el infantilismo, el despilfarro, que asume su papel de muñeca primero del padre y después del marido. Bajo esta apariencia, sin embargo, Nora oculta orgullosamente  un secreto que irá rompiendo ese feliz reparto de papeles. La petición de un préstamo con firma falsa del padre ( no debemos olvidar que las mujeres en esta época no podían hacer transaciones bancarias sin el consentimiento del marido o padre) no crea en ella ningún sentimiento de culpa, porque todo ha sido motivado por el amor a su marido, para salvarle de una fatal enfermedad. Lo hace secretamente para no ofender el orgullo de su marido.
Poco a poco vamos viendo la fuerza de esta mujer, resaltada siempre por otro personaje femenino, Cristina, que simboliza la mujer sacrificada por la familia, desilusionada y ya de vuelta de todo en esta sociedad.
En Casa de muñecas, Ibsen ya intuye la nueva sociedad que se aproxima con el nuevo siglo. Nora desafía a la sociedad, se rebela contra la educación recibida " avosotros incumbe el que yo no sirva para nada..." y reivindica la igualdad del ser humano.
Nora no tiene nada que ver con los grandes personajes femeninos de su época, Ana Karenina, Madame Bovary, LA Regenta... que trasgrediendo los códigos de la sociedad burguesa terminan suicidándose o reciben un castigo por su conducta. Aquí Nora simplemente da un portazo y elige la soledad, imprescindible para encontrarse con ella misma, con su condición de ser humano.

 Desde un principio se ha considerado una obra que resalta la importancia de la mujer y que se anticipó a su época. Ibsen sigue teniendo vigencia hoy en día y es  uno de los autores no contemporáneos más representado en la actualidad.
 
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